Bueno, justo cuando parecía que nunca se iba a publicar la crónica del último día del FIB 2008, venimos todo modernos y la publicamos casi en octubre. Tras una astuta estrategia de esperar a ver las crónicas de Rockdelux (esa crónica en la que ni Róisin ni Mika existen) y Mondosonoro (los únicos, por otra parte, que han puesto bien el concierto de los Kills) para no patinar demasiado (aunque podemos decir con la cabeza bien alta que vimos todos los conciertos que describimos). Haciendo amigos. Nah, que siempre mola ver las crónicas de otra gente porque parecen que hayamos ido a sitios distintos. Aunque este año la verdad es que hay bastante unanimidad en casi todos los conciertos.
Bueno, que por hache o por be la publicamos ahora; y eso es lo importante.
Como de todas formas no ha habido noticias del FIB 2009 más allá de los rumores del absoluto control del mismo por parte de la nueva empresa del ex glastonbury man Vince Power, y de que se hará porque se vendían entradas en el stand de merchandising… sin fecha. Y así seguimos, esperando a que se anuncie la fecha.
Mientras tanto, relájense y disfruten con el último capítulo de la crónica festivalera más trabajada de la historia de alababarada. La única crónica a cuatro manos, donde se discute dentro y todo. De quién eres, de A, de A.Q, de T. o de M.N.?
Domingo
Síndrome de Stendhal
Y llegaba el domingo, el día clave a priori, viendo el cartel, y donde tendríamos la oportunidad de ver cosas realmente importantes. También era el día grande en cuanto a solapaciones, y cada uno llevaba su itinerario en la cabeza… hasta que estás ahí y por esto o por lo otro siempre te pierdes algo que tenías previsto, o ves algo que no esperabas.
La jornada dominical empezó prontito, para variar, en la carpa grande viendo a El Hijo.
MAIQUEL NAIT.- El proyecto en solitario de Abel Fernández, ex Migala, se presentaba en formato banda por primera vez en Benicàssim. En ella, distinguimos a miembros de Grupo Salvaje y de Refree. Pese a tener que lidiar con el calor, la novedad y el sonido que llegaba de la carpa pequeña, donde los JKLMNO repartían tralla y decibelios a raudales, El Hijo acabó congregando a un buen número de personas, de todas las nacionalidades, atraídas por sus lentas canciones en clave folk americano, sus desarrollos repetitivos a lo Nacho Vegas, y sobretodo, a su voz, una de las mejores (seguro la más cálida) del panorama pop nacional. Con “El señor de las bestias” dio por concluído su concierto, y empezó a aparecer gente por todas partes a coger buen sitio para ver a The National, primer plato fuerte de la jornada.
M.N.- The National se presentaban en Benicàssim con uno de los mejores trabajos del año anterior bajo el brazo, y con una numerosa banda con la que ya estaban terminando la gira. Su presentación con violín y sección de viento metal dio más empaque, fuerza y musicalidad a sus canciones. Demostraron, pese a los problemas con el micro del cantante al primcipio, que en directo no tienen tanto que ver con otras bandas a las que se les ha emparentado. Jugaron a combinar canciones de “Boxer” (más oscuras) con canciones de “Alligator” (algo más de luz), con una sobriedad en los músicos que contrastaba con el derroche de intensidad del cantante y el violinista. Sus canciones no son para mover las masas, ni para hacer bailar ni para ser coreadas palmas arriba, pero desprenden una intensidad, una sonoridad y una veracidad (pese a las muecas, todo parece real) que les hacen ponerse muy arriba en el top de los grupos revival ochenteros con reminiscencias joydivisionescas.
ACID QUEEN.- Desde luego estuvieron a la altura de lo que cabía esperar. Yo no los veo tan revival, me parecen más complejos que todo eso. Yo creo que tienen más capacidad para emocionar y conmover que, por ejemplo, Coldplay, y además no hacen uso de los grandes estribillos tan infalibles como previsibles que suelen tener estas bandas. Pera mí fue de lo mejor del festival de este año.
TEMPLAO.- Yo me incorporé en esta última jornada de Festival también con The National, con grandísimas ganas y expectativas puesto que su último disco ‘Boxer’ es de los que más he escuchado en los últimos meses (y sin embargo no conocía el ‘Alligator’). Sin duda fue para mí uno de los conciertos más especiales de este FIB, cumplieron sobradamente las expectativas y repasaron su amplio repertorio de buenas canciones y transmitieron en directo la misma atmósfera, oscuridad y magia que transmiten en el disco. Una banda para seguir muy de cerca.
ANTOÑITA LA FANTÁSTICA.- Mmmhhh… yo me pasé por los JKLMNO esos por casulidad y curiosidad. No sonaban mal, pero básicamente era un concierto para colegas. Colegas, que por cierto, estaban bajo el escenario tomando Heinekens de a lata y hooliganeando con las canciones. De ahí a la sobriedad y buen hacer de El hijo y los The National. Buen concierto sin duda, coincido con vosotros en la intensidad del cantante y la complejidad de las canciones sin estribillos reconocibles. Muy chulos…
A.- De ahí creo que fui a ver a Moriarty, otra apuesta más por el Folk Americano, esta vez con tintes sureños y cajún, camisas de cuadros y estilismo bastante redneck. Al frente una cantante con una voz poderosísima, una delicia, respaldada por un buen combo en el que no faltó un contrabajo y armónica para darle el toque country. Sin conocerlos me encantaron, uno de mis descubrimientos del FIB.
Como el Sr. Cohen empezaba a las 20:00, había que ir ya hacia el verde y perderse varias cosas que de normal habríamos visto. De esta manera hubo diáspora total entre los miembros de alababarada, que duraría prácticamente toda la noche.
El grupo más nutrido nos encaminamos hacia el Verde para ver qué nos ofrecía el nombre con las letras más grandes del cartel, el maestro Leonard Cohen.
M.N.- Que si no pegaba, que si el calor, que si no se escucharía bien, que si la gente hablaría, que si no era el lugar adecuado… patrañas. Simplemente, y junto a Nick Cave, lo más grande que he visto en el FIB. Una hora de duración; todo hits; una banda espectacular; un sonido espectacular; una voz espectacular; y una actitud, un carisma y una presencia para enmarcar. No se despegó de su sonrisa, ni paró de agradecer al público sus aplausos. Presentó a sus músicos, y se arrodilló ante su guitarrista varias veces.
AQ.- Ante Xavier Mas, el que acompañó mucho tiempo a Mª del Mar Bonet. Todo un maestro de la guitarra mediterránea que no me esperaba para nada. Una agradable sorpresa.
M.N.- Leonard Cohen vino (por fin), cantó y venció. Pareció feliz en el escenario y parece que hizo felices a muuuuchos abajo. Se vio mucho abrazo, mucho beso, mucho baile en pareja, mucho pelo de punta y mucha lágrima. Gente de todas las edades y de todas las nacionalidades que poblaron el FIB. El silencio más riguroso viendo un concierto que se recuerde, y la ovación más larga al final.
A.Q.- Yo fui de los que lloró como una perra, y eso que me faltó el “Take this waltz” que me encanta. A él le vi mucho más en forma de lo que imaginaba, y sobre todo con una actitud muy poco divina, casi cercana. Toda una lección para muchos de los habituales de ese escenario. Cohen hizo muy felices a muchos aquel día, y solo con unas poquitas canciones. Fue corto pero estremecedor.
Desde luego que supo a poco, pero lo habría sabido de tocar dos horas también. Histórico.
T.- Bueno pues yo decidí perderme a Cohen y permanecer en la carpa FiberFib porque era la primera oportunidad que tenía de ver a otro grupo que me encanta, Death Cab For Cutie, que desde luego no se prodigan mucho por estos lares.
Reconozco que soy fan de Ben Gibbard y de su peculiar voz y me apetecía muchísimo verlos en directo. Absolutamente impecables, repasaron temas de su último disco así como temazos de sus anteriores trabajos, y sonaron perfectos! La carpa a reventar y el público superentregado coreando las canciones. Momentazo: ‘I will posess your heart’ con su larga introducción con Gibbard al piano…
A.- Padre, me confieso de que he pecado. Sí, no fui a ver a Leonardo, se me presentaba la duda existencial. Dejo pasar la oportunidad de ver a Cohen y veo por enésima vez a Micah P. Hinson , al que había visto 1 mes o 2 antes con el mismo espectáculo o voy a ver, como toca, al maestro. Acertasteis!, pero es que yo a Micah le tengo mucha Fe y no pude resistirme… creo que ni Micah hubiera querido estar ahí tocando, pero bueno… Muy buen concierto, como siempre, éste tío es muy grande como tantas veces he comentado por aquí. Sus canciones van del intimismo a la rabia más eléctrica. Lo único que le echo en cara son los parones entre canción y canción para afinar, charrar o fumarse un cigarro. No dudéis que luego me arrepentí, pero como animal errático que soy, seguro que si me viera en las mismas, volvería a ver al bueno de Micah.
Tras los momentos acongojantes simultáneos (bueno, y el de Micah P.) nos juntamos, en parte para digerirlo, en parte para coger buen sitio, para ver otra de las actuaciones «polémicas» del FIB 2008: La de Enrique Morente tocando el «Omega» con Lagartija Nick.
M.N.- Con un pequeño retraso aparecieron en escena Morente y sus cantaores. Lo que creíamos sería un calco de lo ofrecido en el Primavera Sound (en cuanto a montaje y repertorio) pasó a ser un espectáculo distinto. Más gente en escena (a los cantaores-palmeros y percusionistas se sumó alguno más, más el coro de gitanas que salieron luego, hasta llegar a una veintena en algunos compases del concierto), y un repertorio flamenco más largo fueron las diferencias. El espectáculo se volvió a repartir en dos partes: la primera de flamenco puro, tocando varios palos, con bailaores y bailaoras en escena, cantando a capella y acompañado por guitarristas… y una segunda parte ya con Lagartija Nick en escena, y tocando las canciones más eléctricas del Omega.
Esta modificación en el repertorio dando más presencia a la parte flamenca en parte engrandeció y en parte lastró el concierto. Por un lado estaba la oportunidad de ver en escenario grande un cuadro flamenco al completo. Por otro quitaba tiempo para disfrutar del disco que venían a tocar.
A.Q.- Ah no, para mí lastre ninguno. Yo no es que sea muy flamenco, pero esa imagen de Morente sentado y marcando el compás a golpes de puño sobre una pequeña mesita, no la podré olvidar. Esa primera parte fue espectacular. Y cantó algunas de las piezas basadas en poemas de Lorca que forman parte de su repertorio habitual. Yo lo disfruté tanto como el “Omega”.
A.- Bufff, lo de Morente no tiene nombre. Bueno si, genio. Yo tampoco había asistido a nada que tenga que ver con el Flamenco y lo único que había escuchado era el genial disco de «La leyenda del tiempo», que seguramente tenga poco que ver con el Flamenco más puro. El caso es que fue brutal, una experiencia única. La propuesta es redonda: bailaores, gitanas cantando, bailando… como una boda gitana, vamos , y todo en perfecta comunión con unos Lagartija enormes al servicio del maestro. Mencionar que, y es raro que sucede, el público estuvo bastante a la altura del espectáculo: respeto, silencio y aplausos entregados.
T.- No hay mucho más que añadir a lo ya dicho respecto al espectáculo de Morente y Lagartija Nick. Yo soy otro desconocedor del mundo del flamenco y sin embargo no pude más que estremecerme y tener el corazón en un puño durante todo el concierto, sobre todo en la primera parte, y sentir que estaba asistiendo a un momento realmente especial en el FIB.
M.N.- La segunda parte, excepto por no tocar “La aurora de Nueva York”, sí fue igual que en el Primavera Sound en cuanto a repertorio, pero aquí tocada y cantada por más voces y manos, todo un prodigio de sonorización sin duda. Momentos álgidos, el “Manhattan” cantado a dúo por Enrique y su hija Estrella, el “Aleluya” cantado a coro por los miles de espectadores ahí presentes, y el “Pequeño Vals vienés” con el que se despidieron dejando la impronta de haber hecho algo único, posiblemente irrepetible, y seguramente histórico en el FIB.
Cansados ya de estar de pie y de tanta emoción e intensidad, una parte importante preferimos quedarnos allí en el verde sin atrevernos a indagar en el resto de carpas y descansar un poco, comprar algo para cenar, y esperar a que empezara Morrissey a ver si seguía la racha.
T.- Yo sin embargo salí corriendo a toda ostia para intentar acceder minimamente a Justice en el FiberFib, y… mi gozo en un pozo! Como era de esperar, la idea de los organizadores de ponerlos en la carpa fue una absoluta cagada. La marabunta ocupaba el lugar de unas 3 o 4 carpas, en todas las direcciones posibles que permitía el recinto. Los alrededores del Fiber Fib estaban literalmente sitiados de una amalgama de cuerpos sudorosos y descerebrados de diversa índole, absolutamente enloquecidos, poseidos y fuera de sí. Desde luego y sin ningun género de dudas Justice es la gran banda electrónica del momento por encima de las demás, la que lían no tiene nombre, y su repertorio acelerado, agresivo y estresante puso al borde de la locura al respetable. Por supuesto el mundo en general estuvo a punto de venirse abajo con ‘We are your friends’, ‘D.A.N.C.E’ (olvidate del acelerador de hadrones, aquí si que casi hace catacrocker el planeta) y yo personalmente me puse al borde del ataque al corazón con ‘Stress’. Los ¿suertudos? en el interior de la carpa, supongo que al borde de la lipotimia, enarbolaban cruces construidas con vasos de tubo y algunos incluso iluminadas, y las escenas que se veian en la pantalla parecían de una congregación o un ritual satánico. Espectáculo absoluto y catarsis colectiva que tendría que haber sucedido como digno cierre de festival en el escenario verde.
M.N.- En el Verde, con un llenazo importante de público, comenzó Morrisey. El concierto empezó estupendamente bien, todo temazos, todo electricidad, todo ganas. Volvió a presentar en escena el gong y el gran bombo de su anterior gira, pero esta vez con varios condenados de principios de siglo XX a su espalda (impresos en telones, se entiende). Los músicos aparecieron sin camiseta con unos textos escritos como con rotulador permanente. Caprichos de divo o idea de a saber quién (en plan “para que acaben sudados, que salgan sin nada”) pero a mí me pareció de un mal gusto importante. Como decía, el concierto empezó muy bien encadenando hits, presentando su nuevo single y tal, pero de repente empezó a flotar por el aire el recuerdo del bajonazo irreflotable del concierto que él mismo dio en 2006. Hubo bajón, sin duda, pero al menos logró rehacerse y acabar más que dignamente el show. No fue para tirar cohetes, pero tampoco estuvo mal.
A.Q- Yo es que a estas alturas no sé qué esperar de Morrissey. El concierto me pareció francamente bueno, y con un final espectacular en plan dramático por el suelo y subidón inflamable. Pero es cierto, sigue sin estar a la altura de sí mismo, y su discursito empieza a sonrojar…
A.- Que rabia dá Morrisey, tiene repertorio para hacer el mejor concierto de todas las ediciones del FIB, hacer algo histórico y se empeña en hacer lo que hace, conciertos tibios que no satisfacen a nadie. Mira que yo me parto con su ironía y su mala folla, pero la verdad empieza a ser demasiado cansino. En fin, la culpa de los organizadores por traerlo. Morrisey castigado sin postre.
M.N.- Pese (o gracias a ) las “gracias”, “chistes” y diatribas contra los omnívoros y carnívoros, fue un mejor concierto que en 2006 sin duda. Y sin bandera de España, además. Y el giro más noise, más eléctrico que le ha dado a la nueva banda (todos americanos, por cierto), no está nada mal. La verdad es que rejuvenece alguna de sus canciones.
Ya hechos polvo y casi necesitando un gotero, volvimos al campamento base a beber unos litros, y esperar a que empezara el concierto de Siouxie. Mientras tanto, Yelle y Calvin Harris estaban haciendo bailar como locos en el otro lado del recinto.
M.N.- Siouxie empezó con retraso y ante un telón enorme plateado. Salió a escena enfundada en un mono plateado de lycra que dejaba ver que físicamente se conserva muy bien. Sus levantamientos de pierna, spaggatts y posturitas varias lo acabaron de confirmar. Su concierto se basó en presentar las canciones de su nuevo disco, combinados con algunos de sus éxitos junto a los Banshees.
La ampulosidad de las nuevas composiciones, tocadas con trompetas, violines y demás arreglos orquestales, en directo se ve algo mermada al tener que tocarlo todo con guitarras y teclados, pero gana sin embargo en no se cómo explicarlo… sonido gótico? “Here comes that day” sonó espectacular de esta manera, con la línea orquestal tocada con la guitarra, e “Into the Swan”, cerrando el concierto, también. Por el medio, canciones clásicas que hicieron disfrutar al no muy numeroso pero encantado público.
A.Q.- Eso fue toda una sorpresa. Cantó “Happy House”, Hong Kong Garden” y hasta “Israel”. Y yo me teletransporté a los 80 como un viejo adolescente.
M.N.- Pese a la cadencia lenta de sus canciones, las horas que eran y sin ser seguidor de Siouxie, puedo decir que el concierto fue más que digno, fue muy bueno.
A.Q.- A mí me pareció fantástico, estaba guapísima pese al disfraz de “Comando G”, sonó estupenda, y resultó encantadora intentando hablar en castellano.
A.- Yo a esta la vi de lejos, qué es como la Terremoto de Alcorcón, no?.. es que no le pillé el rollo. Y luego con Vive la Fete, pues eso, más de lo mismo, bailonguero, divertido, pero muy visto la verdad… últimamente no rematan los del FIB la noche del domingo como deberían… no sé, con Micah P. Hinson por segunda vez.
T.- Pues yo tampoco le pillé el rollo a Siouxie y me mataba cada vez que intentaba hablar en castellano chapurreando. Así que muy acertadamente bajo mi criterio me acerqué con curiosidad a la Vodafone a ver a Yelle sin grandes expectativas y me llevé una gran sorpresa. Además de solvencia en el escenario (dentro de lo que es su propuesta) y algunos extras a lo pregrabado como percusiones en directo, lo cierto es que la Yelle se lo monta muy bien en el escenario, anima mogollón al público, canta de puta madre las canciones y da un espectáculo muy divertido y sin alardes de nada. Sumado a sus temazos directamente orientados a la pista, el resultado es un fiestón de cierre de festival que dudo que consiguieran dar Vive la Fête. Momentazo: ‘A cause des garçons’ empieza como suena en el disco y a mitad de canción meten los samples del remix de TEPR (el que todos conocemos) y como era de esperar la carpa Vodafone salta por los aires
M.N.- Una vez finalizado el concierto de Siouxie (creo que es el día que más he estado en el Verde de mi historia Fibera), vuelta al campamento base de nuevo, reposición de líquidos, y a esperar a juntarse con más gente que venía de otras partes, para comentar los conciertos y contar lo cansados que estamos y que no valeis para nada. Mientras tanto empezó Vive la Fete, con sus chillidos, su bajo electrónico machacón y omnipresente y la tremenda voluptuosidad de su cantante como bandera. Poco menos de medio aforo en el Verde dándolo todo (eso sí) y mucho ritmo en el escenario. A la tercera canción con el mismo bajo nos fuimos, escuchando de fondo los chillidos de rigor (eso sí, en francés). Más tarde, al pasar por la pantalla en la zona de descanso, vi que estaban tocando el temazo “Noir Desir” y eso, un temazo tal cual: difícil parar de bailar. Y si lo alargan y lo alargan… pues más todavía. Viva la catarsis fin de fiesta. Lástima de no programar a los Justice en su lugar, la catarsis habría sido histórica. Sí, lo volvemos a decir, ¿qué pasa?
T.- Yo pasé mil de Vive la Fête y me quedé en la Vodafone para ver empezar a Marc Marzénit del que había oido buenas críticas, pero claro un live de este tipo de música a ciertas horas de la noche en la que uno espera más movimiento, y más después del huracán Yelle, pues a pesar de que sonaba de lujo a la quinta canción me retiré a mis aposentos ya que (en teoría) pillaba el tren prontito a la mañana siguiente (luego vino la debacle de la Renfe, pero eso es otra historia y debe ser contada en otra ocasión…)
M.N.- Para terminar, nos dimos una vuelta por las carpas a ver qué tal. Llegué a ver el final de Marc Marzénit (pero el final final), y la sudada de la gente y la ovación final dieron a entender que la cosa estuvo bien; a lo mejor había que esperarse a la sexta canción, vete a saber, Templao. Nos pasamos por Ewan Pearson que no nos dijo mucho y volvimos a la Vodafone a ver a David Duriez. Pura escuela francesa del subidón, y a bailar un ratillo fuera de la carpa, que corre el aire. Acabamos fuera de la carpa Pop mientras pinchaban On Air, escuchando algún temazo (el omnipresente “Kids” no faltó), comentando la jugada con los Titagüenses, los Killthemosquito y más gente de la terreta que nos encontramos por la zona, tomándonos la (mítica y ceremonial) última cerveza del FIB, y encaminándonos hacia Benicàssim, cansados y sudados, pero con la impresión de que este año habíamos visto muchas cosas muy buenas. Y eso es mucho.
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