Una pareja de California, autodenominada pacifista, ha convocado a todo el mundo del mundo, a llevar a cabo al mismo tiempo un “orgasmo global por la paz”. Nunca la globalización había llegado tan lejos en su autopromoción.
Según afirman Paul Reffel y Donna Sheehan de 55 y 76 años respectivamente, en su página web, www.globalorgasm.org, el objeto de semejante acto común es aprovechar el solsticio de invierno para “provocar un cambio en el campo de energía de la Tierra mediante la inserción de la mayor carga posible de energía humana”.
Paul y Donna son viejos conocidos como promotores de este tipo de movilizaciones. Hace unos años 50 mujeres desnudas formaron con sus cuerpos la palabra peace, en un acto organizado por ellos.
En esta ocasión el plan parece más sencillo y efectivo: el 22 de diciembre estamos todos convocados a un gran orgasmo común, y a “concentrar mientras tanto, nuestros pensamientos en la paz mundial”. Sí, sí, tener un orgasmo pensando en la paz mundial. Al parecer, “el orgasmo proporciona un increíble sentimiento de paz durante el orgasmo mismo y después. La mente queda en blanco. Es como un estado de meditación. Y es sabido que las meditaciones colectivas consiguen cambios”.
No es de buena educación rechazar según qué invitaciones ¿no?
El orgasmo lo que proporciona (después del placer y la paz) es un increible sentimiento de sueño. Y dormido uno no puede meditar mucho sobre la paz mundial.
A no ser que en sueños se te aparezca Gandhi o algo así,claro.
Lo dijo bidelo el 23.11.2006 a las 12:46