Pues eso amiguito, que esta vez más tarde que nunca (creando expectación, ya sabeis) pero más larga que nunca llega tu crónica favorita, la crónica-resúmen patentada de alababarada.com. Esta vez, del Festival Internacional de Benicàssim, edición 2007.
Ahí va la primera tanda: lo mejor.
Permanece atento que se irá completando con más crónicas y más fotografías.
Por Acid Queen, Antoñita la fantástica y Maiquel_nait. Fotos de Mari Lumix.
LO MEJOR DEL FIB 2007 PARA ALABABARADA (en riguroso orden alfabético)
!!!
Vale, sí, a los !!! ya los ha visto todo el mundo, han venido infinidad de veces y lo seguirán haciendo. Y qué??? Aceptamos el refrán “más vale malo conocido”, pero le cambiamos lo de “malo” por “tremendo”. Porque haber quién ofrece tal cantidad de ritmo, de diversión y de calidad para hacer sudar hoy en día y con tal nivel de regularidad. Menos borrachos que la primera vez que tocaron en el FIB (o menos resacosos), con lo que aún mejoraron aquello. Además se acompañaban de una voz negra femenina y defendían un disco con canciones más asequibles, pegadizas, y, resumiendo, más canciones. Total, que eso: lleno hasta la bandera (aunque si entras antes y te sabes colocar, agobiar no te agobias), mucho calor (eso sí, pero qué más da), y una paliza a hacer bailar a base de funk y de ritmos sin fin que tiraba de espaldas. La deshidratación más divertida y repetible de mi vida. Que vengan cuando y cuanto quieran, que allí estaremos.
M.N.
AMY WINEHOUSE
Esta chica vale. Más allá del fenómeno británico en la prensa del corazón, más allá de sus presuntas adicciones, lo de esta chica es de verdad.
Amy Winehouse llegó a presentar su exitoso álbum con una banda negra de alto calibre y un sonido que supo ser potente y supo ser delicado cuando cada tema lo requería. A destacar la irreprochable sección de metal y los dos coristas bailarines que cortaban la respiración a golpe de taquicardia.
Amy es menuda, extremadamente delgada y luce una prominente cabellera. Se mueve poco, casi ni pestañea mientras canta con una voz bellísima y cargada de matices interpretativos. Su repertorio es excelente, como si estuviera repleto de clásicos. Y su propuesta en vivo es tan negra y tan auténtica que desentona, lamentablemente, en un festival de estas características. Ojala cunda el ejemplo en próximas ediciones porque lo de Amy, es lo más parecido a Marvin Gaye que voy a poder ver jamás. Así que, gracias. De verdad.
A.Q.
BRIGHT EYES
Muchas ganas teníamos de ver a Connor Orbest y su banda por estas tierras, sobretodo tras escuchar su último disco, Cassadaga, y rendirnos ante él. Le tocó una fecha y una hora extraña, pero adecuada, aunque tuvo que actuar ante un público algo extraño, entre los guiris que se habían ido tras terminar el de antes, y los nacionales que venían para ver a los de después. Nada sabíamos de su puesta en escena, y ni siquiera de la banda que llevaría, aunque habíamos leído buenas críticas de la gira que con este concierto daba por terminada.
Por lo que la sorpresa, al ver montar, ya fue mayúscula. Dos baterías, cuarteto de cuerda, teclados, guitarras, bajos, y él. Casi nada, y eso que iba a ser un concierto de los “lentos” y “bonitos”. Pues bueno, lento no fue, pero bonito un rato. E intenso. Maravillosamente intenso. Sus nuevas composiciones sonaron muy fuertes, muy cargadas de sentimientos y llegando a avasallar con ellas. Y qué decir de las versiones en directo de sus antiguos éxitos. “The first day of my life” sonó genial, casi bailable. Así que, en pleno jueves, primer día de festival, ya degustamos concietos de mucho nivel y de cuidada escenografía. Porque las proyecciones hechas en el acto eran sobresalientes también.
Resumiendo, aquello fue como Arcade Fire si les quitas un toque de epicidad y le pones un toque folk americano. Para recordar.
M.N.
CALEXICO
Calexico son una baza segura. La solvencia de una banda rodada, con personalidad y sobre todo con gusto, es innegable.
Rock fronterizo, latino y con aires de corrido mejicano, sonido cristalino y potente presencia. Versionearon a Manu Chao y a Les Negreses Vertes, sin caer en el buenrollismo fácil, y bordaron una vez más el “Alone again or” de Love, hasta hacernos olvidar el desastre de Arthur Lee, dos años atrás en el mismo escenario.
Calexico es una joya con una extensa e interesante discografía que merece ser reconocida ya.
A.Q.
DEVO
Reconozco que hasta que no empezó el vídeo de aquel buen hombre que nos daba algunas nociones de cómo comportarse en un concierto de DEVO, no supe que sí, que DEVO estaba aquí y que un trago de nostalgia surrealista empezaba a no dejarme respirar.
Un vídeo al ritmo de “We’re all DEVO” con sus imágenes clásicas más delirantes dio paso a “Jocko Homo”, y con ella a todo un fantástico y maravilloso mundo que unos músicos arriesgados y transgresores inventaron hace ya treinta años.
Sí, la primera visión fue la de varios cincuentones, fondones y reumáticos, intentando aferrarse a sí mismos en un arranque a la desesperada. Pero nada más lejos de la realidad. Con un sonido tremendo, ligeramente actualizado pero respetando el original, desgranaron joyas como “Mongoloid”, “Satisfaction” o “Whip it”, mientras se despojaban a jirones de sus monos de obreros especializados y reaparecían como deportistas de pantalón corto. Repasaron sus momentos más electrónicos y también los más rockeros, y demostraron con absoluta credibilidad que ni pesan los años ni los kilos cuando el trabajo es imperecedero. Y terminaron con su cantante convertido es niño resabiado y bordando un “Beautiful world” para lujo y disfrute de nuestras memorias.
Un gran bofetón a la modernidad más hueca, y una innegable lección de que aún quedan grandes bandas por redescubrir. Soberbios.
A.Q.
DINOSAUR Jr.
Un enorme escenario verde con una escueta escenografía a base de torres de amplificadores. Y una batería. Salen los tres componentes de Dinosaur Jr, con Mascis y sus melenas blancas a la cabeza, y al primer acorde ya tienen al público boquiabierto. Sólo tres tipos, voz y guitarra, bajo y batería, y el volúmen más bestia que recuerdo en el FIB. Increíble cómo sonaba la pantalla sonora made in Dinosaur Jr. Y la voz de J. Mascis. Y el bajo de Barlow. Para iniciados y no iniciados en el mundo de estos yankis aquello fue la señal para ponerse a mover la cabeza sin parar, a dar saltos, a practicar ese solo de air guitar tremendo, y a hacer cuernos como en las pelis. Just like Heaven de The Cure al principio, más tarde Freak Scene y entre medias mucha canción de Beyond, su último disco. Ojalá todos las giras de reunión (con disco) fueran así. En mi top5 del FIB 2007 sin duda. Caña.
M.N.
OS MUTANTES
El desembarco de Os Mutantes en el FIB es sorprendente. Y el encuentro con un público joven y a priori ajeno, no pudo ser mejor.
Sin Rita Lee, pero sin echarla de menos gracias a la fantástica labor de su ahora cantante, Zélia Duncan, Os Mutantes trajeron rock, bossa, funk y toneladas de estribillos perfectos e impecables guitarras latinas y lisérgicas.
Comenzaron con un impactante “Technicolor”, y se asomaron a su pasado tropicalista con la seguridad de quien sabe lo que hace. Algunos momentos emocionantes: la interpretación de “El Justiciero”, las referencias a Sergio Mendes, ese bellísimo “Baby” de Caetano… Y la posibilidad de disfrutar de un soplo de Brasil y su insustituible legado musical, por una vía tan pop como la psicodélia de los 60. Un placer.
A.Q.
LOS PLANETAS
Tras el espectáculo soberbio de el chico de los ojos brillantes llegaba el
cabeza de cartel nacional de este año, los planetas, presentando su último
disco La memoria del espacio. A contraluz gracias al impresionante juego
de luces que llevaban (sin duda el mejor de todo el FIB) aparecían de
madrugá Jota y sus secuaces para iniciar la primera parte del concierto
donde rompián la noche repasando los temas más intensos de su último
disco. Sobrios y rancios como una saeta de semana Santa dieron buena
cuenta de la máquina bien engrasada que es este grupo, que a golpe de las
excelsas baquetas de un Erik bajo palio generaban atmósferas intensas
dignas de una procesión de Viernes Santo. Puede parecer muy duro enlazar
todos los temas más lentos y difíciles, y lo es la verdad, pero a los
fieles allí reunidos no les importaba. Con otra sevillana del siglo XXXI
«Alegrías de un incendio» acabó el repaso a este disco que estuvo en todo
momento acompañado por la proyección en las pantallas de imágenes de
Santos así como forja y cerámica típicamente andaluza. No me cansaré de
destacar el juego de luces que junto a la música provoccaban una
exeriencia musical única.
La seguna parte siguió con ese sonido pausado, más espacial y difícil de
los Planetas con «corrientes circulares en el tiempo», «montañas de
basura», «deberes y privilegios». Esquivando a los hits y buscando una
uniformidad en el sonido, aunque fueron los hits finalmente aparecieron
progresivamente siendo de los más aplaudidos la versión desgarrada de
Santos que yo te pinte, segundo premio, o Un buen día. Tras hora y media
de intensa actuación cerraron con otro clásico «De viaje» que provocó el
éxtasis entre la armada Española reunida allí mientras los guiris desde
las carpas movían el esqueleto ajenos a la orgía cósmica que se estaba
viviendo. Sin duda uno de los mejores directos de todo el FIB.
A.L.F.
RUFUS WAINWRIGHT
Adoro a Rufus. No soy nada imparcial, lo reconozco. Solo sé que cada vez que ese hombre abre la boca y comienza a cantar, no puedo evitar ponerme a llorar como un niño malcriado y sensiblero, algo que hasta ahora solo había conseguido Prince. Eso sí: deben ser lágrimas de felicidad, o quizá de desahogo, porque siempre me hacen sentir realmente bien.
Y no es para menos porque este caballero trajo consigo muchas de las estupendas canciones de “Release the stars”, su nuevo disco, y una banda perfecta y exquisita. Que cada músico llevara al menos una prenda estampada a rayas no hacía presagiar que Rufus aparecería en escena con un traje chaqueta confeccionado solo a base de retales a rayas. Algo atrevido que en cualquiera resultaría ridículo pero en él se tornaba en paradigma de elegancia. Será por percha, la de Rufus.
El espectáculo fue más dinámico de lo que muchos esperaban, y contó con momentos especialmente emocionantes como la interpretación de “Going to a town” con esa enorme bandera norteamericana de fondo, en explícito blanco y negro, y con las estrellas sustituidas por broches dorados y plateados. O esas grandiosas “Between my legs” y “Slideshow”, con la orquesta al cien por cien.
Terminó, se marchó y volvió ataviado con un reluciente albornoz blanco para cantar el “Hallelujah” de Cohen, que él engrandece y hace suya. Al acabar, se sentó en una silla al borde del escenario, frente al público. Sacó de su bolsillo un lápiz de labios y procedió a transformarse en Judy Garland, con chaqueta negra, largas piernas, sombrero y zapatos del 47 con tacón de quince centímetros. Como si lo hubiera hecho toda la vida (para mí que lleva veinte años haciendo este numerito ante el espejo de casa, que a mí no me engaña, que sé bien de qué van estas cosas), interpretó el “Get happy”de la diva, mientras su orquesta hacía de coristas y bailarines. Un adelanto del musical que Wainwright recreará el próximo otoño, a imagen y semejanza del que la Garland presentara en 1961. Grande, Rufus, grande es poco.
A.Q.
Algún día entenderé la música de Los Planetas… Qué envidia de festivales de verano, ahora leyendo esto… Y las fotos están chulas, ¿eh?
Impresionante la puesta en escena de Dinosaur Jr., no me lo esperaba. Por cierto, ¿quién hizo la crítica de éste?
Lo dijo Sr. Crus el 20.09.2007 a las 18:09