Gran iniciativa la del Ayuntamiendo de Alginet es este festival gratuito que acoge o ha acogido a grandes nombres de la escena musical nacional. Polar, Standstill y Antònia Font se presentaban como un cartel cuanto menos apetecible, y más cuando esta vez no coincidieron con el Observatori como pasó el año pasado. Si a esto le añadimos a Gilbertástico y Travolta como presentación, la cosa sube de nivel.

El festival se abrió la semana pasada con las actuaciones de Gilbertástico y de Travolta en la sala El Loco, de Valencia. Gilbertástico presentó algunas de sus canciones acompañando su voz con teclado y/o guitarra. Su música se mueve entre el pop, el puntito cantautor, y una imaginería surrealista y cotidiana que le acerca (a mí me recordaba) a nombres como Parade (sin bases y sin viajes espaciales) o incluso Hidrogenesse (en las letras). El colofón de la noche vino de la mano de Travolta, con su pop ambiental e intimista y por encima de todo la acogedora voz de Joaquín Pascual dando empaque a todo. Bien al piano, bien a la guitarra, y pese que a la banda aún le falta algo de rodaje, fue mostrando las canciones de su álbum de debut haciendo gala de un muy buen saber hacer en cuanto a instrumentación y coposición. Fue estupendo disfrutar de los subidones finales de sus canciones sin una pizca de distorsión en sus instrumentos, y de ver cómo un violín aporta tanto a una canción. Buen inicio del festival ante una buena cantidad de gente (aunque alguno se podría haber quedado fuera, con lluvia y todo).

Polar y su post-rock abrieron el festival propiamente dicho, en el Cine Moderno de Alginet. Tocaron canciones de su último disco combinadas con temas de álbumes de su notable trayectoria musical. Saben lo que hacen, llevan mucho tiempo haciéndolo y por lo tanto saben cómo sonar bien y lo consiguen, aunque fallen en el plano vocal. El pero más grande que les veo es que todas las canciones tienen la misma estructura, lo cual hace que al final resulte algo cansino en conjunto. Terminar todas las canciones con una progresión instrumental que crece y crece o simplemente se desarrolla llega a lastrar el resultado, por previsible. Y la falta de estribillos ayuda a desconectar si no eres muy seguidor del estilo. Aún así ofrecen momentos de gran intensidad, un sonido excelente y un par de solos doblados de los que me declaro fan al instante.

Pero el plato gordo de la noche y del festival (y del año) fueron los barceloneses Standstill.

Pletóricos y sobrados de fuerza se presentaron (por fin) por estas tierras para presentar su disco Vivalaguerra y tocar temas de su anterior y rupturista disco (si se me permite la palabra) homónimo. Empezaron conun titubeante “Poema #3”, en el que incluso se permitieron el lujo de equivocarse con la letra. Simplemente un espejismo. Una canción más y todo se puso a temblar. Otra más y medio teatro se levantó a bailar frente al escenario. Soy consciente de que cuesta entrar en su música, son demasiado personales, demasiado herméticos, demasiado densos. Pero por eso mismo son tan especiales y suenan tan poco a los demás.
Además tienen unas canciones buenísimas, y saben llevarlas perfectamente al escenario, con un guitarra que sin virtuosismos vacuos llevaba el peso de las canciones, un bajo de sonido demoledor, un batería que no necesitaba mil platos para llevar el ritmo de las canciones, más un teclista-guitarra (había momentos con tres guitarras sonando cada una con su línea propia) y un dj que lanzaba samplers y líneas pregrabadas; y, por fin, un frontman de verdad en un grupo nacional. Sabe tocar, sabe cantar de sobra y sabe moverse en el escenario. Y contagia lo que hace. Los miles de “Aaaaaahs” de sus canciones son adictivos. Y todos juntos también.
Si entras en su juego no te puedes resistir. Su pasado hardcore pesa, pero también se nota (al escuchar el penúltimo bis) que el estilo se les quedaba corto y necesitaban explorar más. Y menos mal que lo han hecho. Suenan a todo pero es difícil encasillarlos. Son rockeros a secas? Metaleros con poso hardcore, samplers y guitarras acústicas? Hacen metal con toques de jazz y estructuras progresivas? Qué más da?

En definitiva, un conciertazo; personalmente hace tiempo que no disfrutaba tanto en un directo; si bien es cierto que ya iba predispuesto a disfrutar, porque su propuesta me parece más que interesante, cumplieron mis expectativas e incluso las superaron. Ole por ellos. Romper un silencio así sí tiene perdón, sí. Y aplausos.

Lo mismo, desgraciadamente, no sucedió con los Antònia Font, el otro plato principal del Festival, y otro grupo al que tenía muchas ganas de ver.

Estos decepcionaron. Por una causa muy simlpe y muy triste: su directo no hace justicia a sus discos. Y mira que sería poco complicado hacerlo. Sus canciones siguen siendo buenas, incluso algunas magníficas, ahí están, pero la interpretación no les hace justicia, las desvirtúa, las saca de contexto. Los instrumentos sonaron planos, repetitivos, falsos, y por encima de todos (comiéndose a la guitarra que apenas se escuchaba), el teclado del demonio y sus sonidos tipo CASIO que convirtieron el cine moderno de Alginet en una especie de verbena pop-surreal-en-mallorquí de pueblo. Una pena, porque insisto, sus discos valen mucho. Con una mejor producción del directo y una actitud menos verbenera su propuesta mejoraría. Vamos, si se tomaran más en serio. Aunque a gran parte del público parece ser que les gustó, y disfrutaron mucho. Y bueno, que Wa Yeah!, Robot, Tots els motors o Darrere una revista hastan versioneadas por Il Divo daría gusto escucharlas. Al César lo que es del César.
En fin, que muy bien, que bien montado, buen sonido, un buen entorno, precios populares en la barra (del teatro, no del Loco), buen cartel y una inciativa que debe repetirse, claro que sí. Sólo un pero a la organización: el escenario es sí era muy pobre. Muy poca luz y muy mal llevada. Había ratos que en vez de a Antònia Font parecía que estábamos viendo a Nine Inch Nails por la penumbra que había en el escenario. Y eso tampoco puede ser.
Pa tiquismiquis, nosotros.